Entonces ¿De que aprendizaje integral hablamos? Básicamente, los establecimientos educacionales promueven alumnos que desarrollen un conocimiento acabado en las distintas áreas de contenido, con la finalidad de ser avalados como una institución de mucho prestigio, capaz de generar conocimiento y traspasarlo a sus alumnos, siendo asimilada por éstos, sin embargo esta visión no tendría validez si no es conjugada con otro aspecto fundamental como lo es el ámbito social (en el cual siempre me gusta enfatizar) donde se lleva a la práctica la capacidad de entendimiento, relación y el sentido de sociedad en su máximo esplendor, y el que también -por qué no decirlo- resulta muchas veces incómodo que sea llevado a la práctica, pues es preferible una sociedad tecnicista sin capacidad reflexiva.
En base a lo anterior, es un hecho que el docente, al hacerse la pregunta del ¿Para qué enseñar? ¿Con qué finalidad? debiera darse como respuesta... para formar personas que logren cumplir un rol dentro de su entorno, que no sean meros espectadores de "lo dado", vale decir, que si bien sean jóvenes con conocimiento del contenido básico de acuerdo a los programas de estudio, también sean entes sociables , que logren contribuir a la construcción de su propia realidad. Sobre este tema, resalto las ideas de Peter Berger y Thomas Luckman en "La construcción social de la realidad", donde expresan la importancia de las relaciones cotidianas: "La experiencia más importante que tengo de los otros se produce en la situación cara a cara , que es el prototipo de la interacción social.." (Berger y Luckman, 1998)... Sin comentarios, las palabras lo dicen todo.
Sin duda esta generación de nuevo conocimiento para construir una propia realidad debe ser dada a conocer por un profesional capacitado, que sepa entregar la herrmientas necesarias, con vocación, puesto que de no ser así, lo que se pretende enseñar no será asimilado, identificándose una labor ejercida con placer a otra llevada a cabo por una simple obligación de las circunstancias.
En fin, mi enfoque abarca dos aspectos: uno de conocimiento (contenido) puro y el otro en al ámbito social-valórico, para así desarrollar habilidades en los jóvenes, además un espíritu crítico de su entorno, con un pensamiento no mecanicista, sino que adaptado a sus intereses y del cual en el aprender diario logren extraer nuevas experiencias que contribuyan tanto en su desarrollo individual como en el general.
